Sólo nada el nadador, porque nunca nada el suicida.
Sol o nada es su elección en el océano de seres.
O sea, no quiere ser ese que es.

domingo, 10 de enero de 2010

En confesión

El sábado salí a caminar. Eran las diez de la mañana. Habré tardado una hora y pico. No me di cuenta de que el sol estaba muy fuerte. De repente a la tarde mi hermana me mira y me dice: "¡Tenés el pecho rojo!" Cuando me veo al espejo, pude constatar que era bestialmente cierto y me asusté, como nunca me asusté en estos años. En general, me encanta notar un poco de color en mi cara. Pero esta vez no era un leve tono... y recordé.
Hace más de diez años me comentaron que una persona, cuando se enteró, dijo algo así: "Va a estar todo bien. Virna, tiene un carácter especial." En realidad, no sé cuáles fueron sus palabras, pero sí la idea. Y esa persona con la cual me había cruzado determinadas veces me sorprendió con su conocimiento sobre mí y me marcó. Es cierto, sobrellevé el tema sin pensarlo demasiado y sin consecuencias posteriores a la operación.
Ahora estoy acá sin tomar conciencia de lo que tengo que agradecer. Día tras día conozco personas que luchan contra el cáncer poniendo todas sus garras para finalmente ser vencidas por la enfermedad y yo jugando a ser inmortal. Finalmente, tuve miedo.
Ahí me percaté de que suelo mostrar una imagen fuerte. ¿Cuántas veces comentarios o actitudes de otros me dolieron de distintas maneras y mi reacción fue mantenerme imperturbable? Las veces que me lastimaron no lo demostré y así se fue generando esta coraza, al punto de que ni yo misma me permito sentirme afectada, pero todo queda dentro de este cuerpo, que no quiere mostrarse débil y que contiene una nena necesitada de mimos y atención.

3 comentarios:

Hombre de familia dijo...

...pero estamos siempre con vos, con coraza o sin ella.

Anónimo dijo...

¡Hola, Vir! La coraza uno se la construye para que duela menos, nada más. Sólo el paso del tiempo nos enseña: cuanto más vivimos, aprendemos a valorar a las personas: si son importantes, importante será lo que digan. Si no son importantes, nada importará lo que digan, hagan o pretendan.
De todos modos, el mimo y el amor siempre lo necesitamos, es el combustible que necesita nuestro motorcito para seguir.

Te quierooo!!!
Ana

Viviana F. dijo...

Tal vez sentirnos inmortales es lo que nos da la fuerza para seguir adelante (sólo tal vez).
Un cariño grande,
Vivi