Sólo nada el nadador, porque nunca nada el suicida.
Sol o nada es su elección en el océano de seres.
O sea, no quiere ser ese que es.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Te ofrezco este caliz

Quiero que viajes por el espacio, libre de ataduras y con el cabello al viento, como mi capa, la cual te servirá para abrigarte por si tenés frío. Entre mis brazos no habrá peligros que te amenacen ni noches de sueños inquietos. Ahí estaré para acariciar tu piel y mirarte cuando llegues al placer absoluto, mientras la música del arpa invada tus contornos sensibles a mi tacto.

sábado, 7 de noviembre de 2009

En silencio

Hoy encontré una flor guardada dentro de un libro. Sus pétalos estaban aplastados entre las hojas y surcos oscuros cruzaban la fina superficie, como venas visibles en una piel recién injertada.
Pensé en la persona que había querido guardar un recuerdo en un objeto muerto y me imaginé a mí misma como un libro que contenía un cáncer expansivo y devorador. Me acordé del miedo que nunca quise expresar y de las páginas que esperaban sobre mi escritorio.
Siento y no siento; hay algo en lo profundo que sale a través de mis ojos, pero que se cierran si son observados, como la Esfinge sin preguntas. Es que no sé si la sangre sigue corriendo en mi interior.
Quizás no escribo para no saber que estoy muerta.