Sólo nada el nadador, porque nunca nada el suicida.
Sol o nada es su elección en el océano de seres.
O sea, no quiere ser ese que es.

domingo, 28 de junio de 2009

Con los ojos tapados

El muro había sido blanco en algún momento de su construcción y quizás haya sido blanqueado con cal centenares de veces, pero aun así las manchas de sangre podían verse con nitidez. Siempre había pensado que esas paredes eran parte de un pasado ya histórico.
Hacía unas horas era el líder de su pueblo y ahora estaba parado ahí. Los gritos militares lo habían despertado en la madrugada y, a pesar de que quiso explicar que era el presidente, lo esposaron y se lo llevaron.
Sintió el frío del cemento en sus manos inmovilizadas cuando apoyó la espalda contra la pared. Mirando al pelotón, pudo imaginar a la gente que había confiado en él y que abandonaba de esta manera; vio los rostros de su hijo y de su esposa en medio de la noche y una lágrima se escapó de su ojo derecho, mientras escuchaba su propia voz que declamaba sobre la libertad y la democracia. Sus palabras habían llegado lejos y habían sido escuchadas por hombres de negocios que decidieron que era un buen anzuelo para promocionar el producto de su empresa.
Percibió el silencio absoluto antes de que las balas alcanzaran su cuerpo. Y mientras caía sobre la tierra húmeda de la mañana, una paz protectora calmó el dolor abrasante de las heridas.

domingo, 14 de junio de 2009

Dentro de la cáscara

Hoy estaba en la casa de mi mamá y me iba a cortar un pedazo de queso. Suelo cortarlo sobre un plato, pero no sé por qué me incliné y busqué la tabla de madera. Cuando la apoyé sobre la mesada, el sonido que hizo me recordó otros tiempos. De repente, recobré la presencia de mi papá en esa casa. Era el mismo sonido que escuchaba cuando se cortaba un pedazo de salame. Fue una imagen que había perdido hacía mucho tiempo (cuando yo vivía ahí). Entonces traté de buscar otras: el ruido de unas ojotas que se acercaban para despertarme; el olor del asado los domingos al mediodía, mientras le cebaba mate a mi tía que pasaba después de misa y a mi mamá que estaba haciendo las ensaladas, de tanto en tanto caminaba hasta el quincho para alcanzarle uno al asador; la tabla redonda con la cuchilla y la trincheta; las hamburguesas a la parrilla que hacía en el punto justo que me gustaba (casi cocida); los mazapanes que me traía siempre cuando volvía de sus viajes de trabajo, a pesar de que jamás me gustaron; los fiambres que traía para almorzar el sábado al mediodía; los viajes en el auto para llevarme al colegio; el gato arriba suyo, mientras estaba sentado en el sillón frente al televisor; las puteadas cuando se escuchaba que el gato se tiraba desde el techo de la casa al del auto y el ojotazo que volaba cuando abría la puerta y entraba; cuando salía a la calle en shorcito y ojotas en pleno invierno, la valija negra que usaba para el laburo, las campañas casi publicitarias que armaba cuando quería cambiar el auto...
Uh... lo máximo LAS FOTOS DE LAS MÁQUINAS DE LOS BARCOS. En mi infancia la mitad del álbum familiar se componía de esas imágenes y él te las mostraba con orgullo (claro, era el barco que acababa de hacer). Eran todas iguales y yo me aburría, porque ni siquiera era la proa o algo que pudieras identificar, eran máquinas con palancas negras y tableros con botones rojos y más tubos y válvulas y cosas por el estilo. De repente aparecía una persona de espaldas y era un acontecimiento. ¿Quién era? ¿Qué hacía? ¿Es un compañero? ¿Es el capitán? Pero después volvían otra vez las mismas máquinas, "ya las vimos", "no, éstas son de la sala de control".
Igual los barcos tienen algo especial para mí. Quizás porque mi papá construía la parte eléctrica, quizás también porque mi abuelo materno trabajaba en la sala de máquinas. No sé, hay una sensación que me hace sentir parte de un barco.
Esto es un pequeño homenaje, ya que se acerca el Día del Padre; en realidad, es un buen ejemplo de que uno se acuerda siempre de los padres. PA', gracias por estos pequeños recuerdos y por todo lo que me diste. Soy lo que soy por los cuidados, la educación, el cariño, los principios y el esfuerzo que me brindaron mis padres.
O sea, PA', no esperes regalo este fin de semana. jajajajaja