Sólo nada el nadador, porque nunca nada el suicida.
Sol o nada es su elección en el océano de seres.
O sea, no quiere ser ese que es.

viernes, 23 de enero de 2009

Conversación con mi gato

Recién nos habíamos levantado. Yo me puse a trabajar y él comenzó a dar vueltas por ahí. De repente escucho el ruido de hojas secas y pienso: "Mmm otra vez". Entonces sin darme vuelta le digo: "¡Basta! Dejá esa planta tranquila". Como al rato vuelvo a escuchar el mismo sonido, me levanto y veo a la pobre, mustia y seca en su lugar. Tomo de la cara a mi minino y le susurro: "Entre que no le doy agua y vos te la comés, la estamos matando".

lunes, 19 de enero de 2009

El veneno en mi interior


Siento el calor que sube por mis piernas y que electrifica mi piel. Es un dolor que se clava en mi entrañas y penetra con ímpetu hasta mi esencia femenina. Se desgarran los tejidos internos y la sangre me impele hacia el exterior. Se extiende mi cuerpo exánime sobre las sábanas sangrientas para respirar bocanadas de aire enrarecido por un fuerte olor dulzón.
Siento el frío que surge en mis manos y se expande sin control. Mi mente se cristaliza y mi cuerpo comienza a manifestar movimientos espasmódicos. Mis pupilas se detienen y se endurecen, ya no ven más que una niebla espesa que se desparrama por el desierto oscuro de mi interior. Alcanzo a oler una fragancia que reaviva mis sentidos.
Ya no hay frío ni calor, sólo un vacío pétreo que se corporiza en una mujer.

lunes, 5 de enero de 2009

Tres Reyes Magos vinieron de Oriente

Estaba acostada en la cama y no podía dormir. Mañana era el día de los Reyes Magos y su mamá le había dicho que este año no iban a poder pasar por la casa de ella. "Mirá, Itzel, en Medio Oriente hay una guerra y vos sabés que ellos son de allá. En medio de las bombas el viaje se les hace demasiado largo y tienen que visitar a todos los chiquitos que están en el hospital o están solos en sus camas porque los papás no están."
Quiso entender las razones que le daba su mamá, pero no podía dormirse pensando que este año sus zapatos iban a estar vacíos cuando se levantara a la mañana. Igual, por las dudas, puso sus sandalias rojas de paseo, junto al plato lleno de pasto y los tachitos con agua para cada camello.
Al tiempo cayó en un dulce sueño. Durmió plácidamente arropada con sus sábanas floreadas. En su ensoñación aparecieron sus Reyes. Estaban parados frente a la ventana. Melchor, con su pelo blanco, sostenía un jarro de oro y le dijo: "Cuidado con lo que deseas, puede hacerse realidad". Ella pensó en los gatitos que siempre veía en la veterinaria.
Gaspar, el rey más joven, se acercó con el incienso y le dio un beso perfumado, mientras al oído le susurraba: "El mundo real es mucho más pequeño que el mundo de la imaginación".
Finalmente, Baltasar, que llevaba en sus negras manos una sustancia rojiza, sentenció: "Uno inventa la verdad exactamente como inventa la mentira". Antes de salir por la ventana, le guiñó un ojo y desapareció.
Al día siguiente, cuando se levantó, fue corriendo a ver sus zapatos que encontró vacíos. Un poco triste se dirigió a la cocina, donde su mamá le estaba preparando el desayuno, y le dijo: "Tenías razón". La mujer, de espaldas, no podía ocultar su pesadumbre.
La mamá le alcanzó la taza de mate cocido y también le dio un paquete de galletitas dulces (de esas galletitas caras que veía en el kiosco de la escuela). Ya con el primer mordisco le llegó el aroma que había sentido con el beso de Gaspar. Al prender la tele apareció el tema de Arjona que escuchaba una y otra vez en su grabador; comenzó a cantar: "Una mentira que te haga feliz vale más que una verdad que te amargue la vida" y recordó una frase que hablaba de la verdad que es mentira o algo así y justo apareció un flash informativo, donde anunciaban que se había producido un alto al fuego. En realidad, ella no se detuvo a escuchar, porque estaba feliz a pesar de no tener regalo en Reyes. Por eso, cuando salió afuera y se encontró con un gatito gris, entendió que ése era su regalo y no había nada mejor que su deseo cumplido.

sábado, 3 de enero de 2009

La araña del rincón interior

Empezó a sentir una picazón en la pierna. Se rascó sin mirar y siguió trabajando. Cuando cómenzó a notar la piel tirante, se preocupó en bajar la vista y observar. En el muslo aparecía un grano que iba agrandando su tamaño y adquiriendo un tono grisáceo. Primero pensó en un grano común; con dos uñas empezó a apretarlo. Al hacerlo se rompió levemente en la punta y expidió un olor nauseabundo, mientras la base, presionada por las uñas, comenzó a desprenderse. Cayó el grano en el suelo y quedó como un capullo en descomposición.
De golpe una pata larga surgió de la envoltura y una araña se abrió camino hacia el exterior.