Mi cuerpo tiene cicatrices que lo hacen fuerte y lo convierten en algo pleno. Cada centímetro de su superficie fue recorrido y envuelto en millones de terciopelos, que provocaron que se erizara, mientras las historias iban penetrando en su interior para quedar latentes en cada poro.
Manos frías lo han envuelto entre sábanas tibias en reposo.
Parece insensible, pero es una explosión de deseos que libera al viento hojas escritas con escalpelos. Puedo sentirme como una exposición de piel saturada de sol y sin achicarrarme sigo volando entre las ráfagas.
2 comentarios:
Es un cuerpo muy resistente. Si el cuerpo aguanta el alma también.El espíritu avanza. El Ser no se resiente.
un beso
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