
Desde mi ventana contemplo la ciudad desde una nueva perspectiva y el cielo nocturno brilla entre nebulosas y aviones que cruzan el horizonte. Miro con ansiedad hacia afuera, esperando ver una estrella que sobresalga con respecto a las otras. Sigo observando en espera de una señal.
Hoy a la noche llegan mis reyes magos. Siento en el aire el perfume del incienso, junto con un fuerte olor a rosas. Sé que están cerca.
Tengo en mi interior un deseo muy fuerte, un sueño, un imposible. Coloco mi pedido sobre mis sandalias rojas e imagino el don recibido. Quizás me traigan otro regalo... mejor, menos esperado. Siempre hay un obsequio, que me impregna y me sumerge en este día especial.
Mañana... mañana abriré los ojos hacia un nuevo acontecimiento.