En el puñal no había rastros de sangre ni las baldosas quedaron teñidas de rojo. La sangre quedó en el cuerpo para mantener la vitalidad del interior avasallado y carcomido por la ira ajena.
Sólo nada el nadador, porque nunca nada el suicida.
Sol o nada es su elección en el océano de seres.
O sea, no quiere ser ese que es.
Sol o nada es su elección en el océano de seres.
O sea, no quiere ser ese que es.
sábado, 4 de septiembre de 2010
Y fue ella
En el puñal no había rastros de sangre ni las baldosas quedaron teñidas de rojo. La sangre quedó en el cuerpo para mantener la vitalidad del interior avasallado y carcomido por la ira ajena.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario