Sólo nada el nadador, porque nunca nada el suicida.
Sol o nada es su elección en el océano de seres.
O sea, no quiere ser ese que es.

sábado, 18 de julio de 2009

En la noche

Son las cuatro de la mañana; no puedo dormir.
Mientras dormía, estaba soñando que alguien me perseguía. Sentía bombear mi corazón a mil por hora dentro de mi pecho; por un lado, podía percibir que era producto de un miedo aterrador y, por el otro, también de una excitación sensual que invadía mi cuerpo.
De repente el camino se convirtió en mi habitación y yo estaba acostada en mi cama, pero mi agitación seguía a un ritmo acelerado. Tendida boca arriba tardé minutos en calmarme y por eso ahora estoy acá en la computadora escribiendo. Necesito despejar un poco la mente y borrar las sensaciones de mi pesadilla.
Sin embargo, comienzo a sentir cierta inquietud que no puedo precisar. Miro hacia la ventana que tengo al costado. En la oscuridad de la noche, me cuesta percibir el exterior. No quiero mirar, pero mis ojos no pueden apartarse. Sé que hay algo ahí afuera que me está esperando.

1 comentario:

Hombre de familia dijo...

es el mundo "inferum", en donde lo real es absolutamente irreal para el común de la gente y en donde la noche es día y el día no existe.