Sólo nada el nadador, porque nunca nada el suicida.
Sol o nada es su elección en el océano de seres.
O sea, no quiere ser ese que es.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Monografía sobre Olas sangrantes, de Cintia Echenique


MONOGRAFÍA SOBRE OLAS SANGRANTES 
AUTORA: CINTIA ECHENIQUE
(ALUMNA DE 6º SOCIALES, COLEGIO SECUNDARIO DE CÓRDOBA)

"Veo que cercenan mi imagen en el espejo. Mi cabeza cae sobre mi hombro izquierdo, mientras una expulsión bombeante de sangre sale de mi cuello y yo sigo de este lado parada frente al espejo.” Virna Köhle                                  
En esta monografía  se trabajará sobre el libro Olas sangrantes de Virna Köhle. Este libro cuenta con una combinación de cuentos y poemas, que forman una imagen de destrucción, erotismo y pasión. “Una imagen en donde el oxímoron construye el sentido y lo desborda las olas sangrando vida y sangrando muerte”.
A partir del análisis de una selección de cuentos se podría pensar que cada personaje principal sufre la influencia de un “otro”, que se encuentra en su interior y va buscando consumirlo a partir del manejo de sus sentimientos dándole un placer que se relaciona directamente con el sufrimiento y la dominación sobre el “otro”.
Es así como el  libro crea una unión indisoluble entre erotismo y destrucción o erotismo-violencia, ambos ejes atravesados por lo diabólico.
En los diferentes cuentos el goce se da a través del sufrimiento de un personaje secundario, pero también en el sufrimiento propio del personaje principal. Un sufrimiento que culmina en la destrucción o en una muerte; del personaje secundario o incluso del mismo personaje principal.
Es así como podemos ver en el cuento “El instinto”, cómo la loba es influenciada por un “otro” interno que la impulsa, a través del placer, a destruir y consumir un cuerpo. La sangre de otra persona, que al sacársela produce dolor en la misma, a ella comienza a producirle disfrute: “la sangre que se escurrió entre sus dientes la inyectó de un salvaje placer”. Se va apoderando de ella haciéndola sentir un goce adictivo que la hace, de alguna forma, perder el control sobre su cuerpo... “Siente la urgencia de clavar sus uñas sobre un cuerpo tierno”, llevándola en busca de una máxima satisfacción que la encuentra en la destrucción del cuerpo ajeno “… sus ojos amarillos se cierran al contacto placentero de su comida”.

A su vez,  en el relato  “Sangra sobre la arena” también se puede apreciar cómo el personaje principal es impulsado a través del placer a destruir y despedazar. Al analizar la frase “Puedo percibir el hálito vital que recorre sus venas y me embriaga” se puede ver que; como lo vital hace referencia a la vida, a una persona con mucho ánimo y optimismo, el personaje al advertir el aliento vital que transmitía la felicidad del personaje secundario es impulsado casi inconscientemente por la necesidad de adueñarse de él y acabar con su felicidad e incluso su vida. Sus pensamientos fugitivos lo llevan a querer controlarlo, pero esta forma de apoderamiento es nociva, “Me deslizo sin pausa, imperceptiblemente para adueñarme de cada pensamiento fugitivo. Pienso a través de sus propios hematíes y me expando como un cáncer por todo el organismo. ”. Apropiación  que termina al despedazarlo y convertirlo en su alimento, “Dejo descansar mi mano sobre su torso y entierro mis uñas para traspasar sus músculos y desgarrar un sabroso pedazo de carne fresca”.
El personaje principal del cuento “Mi esencia sangrienta” también siente la necesidad de apropiarse de un “otro”. Este apoderamiento se relaciona con el hecho de que siente que todo individuo libre es un peligro, “Cualquier individuo con  libertad es altamente peligroso, con actitudes impredecibles y pensamientos incontrolables”, por lo cual necesita destruirlo. Esta acción lo hace sentir poderoso, superior, lo nutre de sabiduría y de plenitud vital. Su satisfacción se relaciona con la aplicación de violencia sobre los demás, “Necesito despedazar un cuerpo para saber que mi poder es superior a cualquier débil humanidad…”. También se puede ver  la existencia de un “otro”, la oscuridad, que es la que se introduce en él y lo lleva a obtener la satisfacción a través del despedazamiento y por lo tanto el sufrimiento de los demás.
Esta misma relación se puede encontrar en el cuento “Rutina inminente” debido a que el personaje principal se sentía poderoso y superior al matar a los demás. El tener el control sobre el cuerpo de alguien, el decidir su muerte, lo hacía sentir fuerte, “Me quedé parado unos segundos ante mi víctima. La contemplé desde arriba, como mira Dios y decidí su muerte”. El consumir un individuo le hacía sentir un placer inagotable.
También se puede ver cómo es impulsado por un “otro”, representado por un graznido. Este “otro” se encontraba en su interior y, a pesar de su lucha para evadirlo, termina guiando su accionar, “El graznido volvió a emerger imperioso; cada grac en mi cabeza era una orden a cumplir y yo ejecutaba”.  Su accionar se ve impulsado hacia una satisfacción  que se basa en el sufrir de los demás. Es así como este “otro” le muestra al personaje principal, que se encontraba cansado de la rutina, algo nuevo. Le hace saborear una nueva clase de excitación, de la cual se hace adicto. El personaje comienza a disfrutar de torturar, lastimar, controlar y despedazar a su víctima, “Disfrutaba de la desesperación que podía oír en su respiración, en su voz quebrada y disfrutaba porque estaba bajo mi control”.  Este control se basa en un control mental, como el hacerla sentir que podría llegar a escapar,  para luego al acercarse hacerla entrar en desesperación, una y otra vez, “Pude haberla agarrado de una; en cambio, me acerqué varias veces para que sintiera la inminencia del ataque y la dejaba ir…”. También se basaba en poder hacer cualquier cosa con su cuerpo, hasta tal punto de ponerle pedazos de vidrios en sus ojos para poder admirar como la mataba.

En el cuento “¿Con qué derecho?” se puede apreciar cómo el personaje principal es llevado a realizar ciertos accionares por un “otro” interno  que se representa en una enfermedad. “La evidencia de mi enfermedad la tuve la primera vez que sentí la necesidad de tirarme a las vías ante la llegada del tren”. Muestra la lucha, del personaje contra este “otro”, por tratar de manejar su propio cuerpo. Esta enfermad busca que él se autodestruya. “Así, consciente de la existencia de este suicida dentro de mí, comencé a estar pendiente de sus acciones y a tratar de salvarle la vida cada vez”. Muestra como cada vez este otro se va apoderando de él hasta llegar al punto de ya no saber si es el o este otro el que maneja su accionar “Ahora me surge una duda: ¿cuál de los dos tiene el dominio sobre mi mano derecha?”.
También se puede ver cómo el personaje principal es manejado por un “otro” en el cuento “Desde la cárcel”. Este “otro” para él representa una cárcel ya que lo mantiene cautivo en un estado de sufrimiento y dolor propio. “Y siento que estoy a un paso de la destrucción…” “Sé que tengo que hacer algo, pero la inmovilidad sigue activa y no puedo enfrentar la atracción que genera la muerte”, se puede contemplar como este “otro” la impulsa a su propia destrucción mediante la generación de atracción hacia la muerte. Muestra la lucha interna del  personaje por querer escapar de esta cárcel pero a su vez la muerte le produce una atracción que lo mantiene inmóvil en esta.
También se puede advertir que a medida que este “otro” se va apropiando del personaje este se va distanciando de la realidad. Se siente fría y vacía, es así como se detalla que “La realidad se desvanece en los supuestos cuadros colgados en la pared…”, la realidad está en los cuadros, en los objetos y no en ella.
De este mismo modo, en el cuento “Una mujer sobre el asfalto”, los objetos se van personificando a medida que el personaje está siendo destruido. Todas las acciones que los personajes realizan van quedando impregnadas en los objetos, “El olor a sexo expelido por ambos se había concentrado en cada objeto de la habitación. Y ahora el amor había quedado entre las sábanas.”
En este cuento se puede ver claramente la unión entre erotismo y violencia. El personaje principal estaba enamorado de una mujer, pero este encontraba la pasión en el maltrato de la misma. “No existía la tregua afectuosa, ni siquiera una mirada de deseo. Todo era ojos furiosos, dedos impiadosos, golpeteos sexuales violentos”, encontraba goce en el maltrato verbal, en el daño corporal, en los golpes, en la tortura, en el sufrimiento de ella. De a poco esta forma de satisfacción sexual va exigiéndole cada vez mayores grados de violencia, sin permitirle amar de otra manera que no sea esta, “Era así, pero la amaba como nunca había amado a nadie”. 
     Otra relación muy clara que se logra contemplar es la unión de erotismo y destrucción, ya que como el personaje encuentra la satisfacción sexual en el sufrimiento del otro, va perdiendo el control de las situaciones hasta llegar a aniquilarla. Al no poder seguir teniendo el control sobre ella, lo que le producía disfrute, fue impulsado de manera desmedida a retenerla, lo que culmina en una muerte violenta. La situación se desarrolló en violencia; tirones, zamarreos, empujones, y finalmente destrucción, “Dio contra la baranda, perdió el equilibrio y cayó. No se percató del golpe. Sólo escuchó el crujido de sus propios huesos.”
En el cuento “Orgasmo II” se puede apreciar precisamente la relación entre erotismo y muerte, ya que el personaje principal atrae a sus víctimas a través del placer; los tienta a sentir el mayor placer de sus vidas aunque eso involucra su muerte. El goce máximo se encuentra en el pasaje de la vida a la muerte, “Dicen que el momento de mayor placer se produce en el instante antes de morir”.
Muestra exactamente la mezcla entre erotismo, violencia, destrucción, sufrimiento, y  control sobre el otro que llevan a un placer único, “Te prometo traerte a Sergio. Colgado de una viga cabeza abajo con las venas abiertas, mientras nosotros dos cogemos sin cesar, yo abajo recibiendo en la boca tu semen y la boca que cae de sus muñecas”. Esta nueva forma de placer no puede exigir sin el daño sobre un individuo o la muerte propia.
A  su vez, el cuento “En la noche”, se puede ver una relación entre “el otro”, la satisfacción y el miedo. “Sentía bombardear mi corazón a mil por hora dentro de mi pecho; por un lado, podía percibir que era producto de un miedo aterrador y, por el otro, también de una excitación sensual que invadía mi cuerpo”, el  personaje principal siente la espera de un “otro”  que le produce miedo y, a su vez, una clase de excitación. La intriga por no saber qué es ese algo diferente que la espera acelera su respiración y los latidos de su corazón. Muestra como lo diferente, por más que produzca temor y en el cuento se refleje de forma diabólica, produce el deseo de ser contemplado por el protagonista; es la sensación de miedo la que le produce excitación. Y este goce la lleva incontrolablemente en busca de ese “otro”, “No quiero mirar, pero mis ojos no pueden apartarse…”.
Esta misma relación puede encontrarse al analizar el cuento “La casa de Samsa”. Debido a que el personaje había sentido desde pequeño miedo por entrar en la habitación, incluso por ser el escritorio de su abuelo, relacionaba el cuarto con la muerte; era un lugar tenebroso y amenazante para él. Sin embargó decide  entrar en el mismo, lo que marca la curiosidad por el “otro”, lo desconocido.
A partir de este análisis se puede concluir que estos cuentos terminan uniendo al terror con el erotismo, nos muestra una clase de terror que parte de la imposición, sobre los personajes, de un placer vinculado al sufrimiento que se vuelve incontrolable. Un terror donde lo extraño, lo diferente, se vuelve algo irresistible.



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