Él entró en su casa diciendo que se había perdido. Sólo necesitaba un teléfono para hacer una llamada. Vio su sonrisa honesta y le creyó (luego supo que la honestidad no era una cualidad inherente de la boca y todo lo que uno ve puede ser falso).
Mientras se dirigía a la cocina (iba a ofrecerle un café), sintió un fuerte golpe en la cabeza, sus piernas se aflojaron y su conciencia se fue cayendo hacia el suelo.
Cuando volvió en sí, se encontró con el torso del hombre sobre su cara y sus movimientos en frenesí golpeaban su cuerpo reventado, en tanto su respiración vehemente hacía caer un líquido corrosivo; cada gota de sudor que la mojaba penetraba a través de su olfato en una sensación de arcadas que no podía ejecutar por la presión sobre su pecho.
Exhausta sobre la cama, era una masa informe que a duras penas podía oxigenarse. Casi en tinieblas percibió que la trasladaba. Fue depositada en la bañera llena y mientras ella se deslizaba hacia el fondo, el agua adquiría un tono violáceo.
Así la encontraron, rodeada de rosas salvajes que flotaban y se enredaban entre su pelo oscuro.
Tomando como base el tema de Nick Cave y Kylie Minogue
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