Sólo nada el nadador, porque nunca nada el suicida.
Sol o nada es su elección en el océano de seres.
O sea, no quiere ser ese que es.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Desde la cárcel


Hay millones de motivos para que esté acá y ninguno es el real. La realidad se desvanece en los supuestos cuadros colgados en la pared, en las sombras que pululan amargas sin un sentido innato, mientras mi cuerpo se expande desnudo sobre las piedras que lo aprisionan en la oscuridad.

Quiero quebrar el aire y mi mano se detiene a mitad de camino, mientras el frío las paraliza en un aterido grito. La caligrafía se deforma ordenada por dedos chispeados de un dolor inaudible.

Y siento que estoy vacía y fría. Y siento que estoy a un paso de la destrucción y siento que las ausencias se depositan en los ladrillos que me encierran.

Sé que tengo que hacer algo, pero la inmovilidad sigue activa y no puedo enfrentar la atracción que genera la muerte.

2 comentarios:

Martu dijo...

Virna cuanto talento, fluidez de palabras, relatos crudos y atrayentes, te felicito.
Beso
Martu Schmidt

Anónimo dijo...
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