MONOGRAFÍA SOBRE OLAS SANGRANTES
AUTORA: CINTIA ECHENIQUE
(ALUMNA DE 6º SOCIALES, COLEGIO SECUNDARIO DE CÓRDOBA)
"Veo que cercenan mi imagen en el espejo. Mi cabeza cae sobre mi hombro izquierdo, mientras una expulsión bombeante de sangre sale de mi cuello y yo sigo de este lado parada frente al espejo.” Virna Köhle
En
esta monografía se trabajará sobre el
libro Olas sangrantes de Virna Köhle.
Este libro cuenta con una combinación de cuentos y poemas, que forman una
imagen de destrucción, erotismo y pasión. “Una imagen en donde el oxímoron
construye el sentido y lo desborda las olas sangrando vida y sangrando muerte”.
A
partir del análisis de una selección de cuentos se podría pensar que cada
personaje principal sufre la influencia de un “otro”, que se encuentra en su
interior y va buscando consumirlo a partir del manejo de sus sentimientos
dándole un placer que se relaciona directamente con el sufrimiento y la
dominación sobre el “otro”.
Es
así como el libro crea una unión
indisoluble entre erotismo y destrucción o erotismo-violencia, ambos ejes
atravesados por lo diabólico.
En
los diferentes cuentos el goce se da a través del sufrimiento de un personaje
secundario, pero también en el sufrimiento propio del personaje principal. Un
sufrimiento que culmina en la destrucción o en una muerte; del personaje
secundario o incluso del mismo personaje principal.
Es
así como podemos ver en el cuento “El instinto”, cómo la loba es influenciada
por un “otro” interno que la impulsa, a través del placer, a destruir y
consumir un cuerpo. La sangre de otra persona, que al sacársela produce dolor
en la misma, a ella comienza a producirle disfrute: “la sangre que se escurrió entre sus dientes la inyectó de un salvaje
placer”. Se va apoderando de ella haciéndola sentir un goce adictivo que la
hace, de alguna forma, perder el control sobre su cuerpo... “Siente la urgencia de clavar sus uñas sobre
un cuerpo tierno”, llevándola en busca de una máxima satisfacción que la
encuentra en la destrucción del cuerpo ajeno “… sus ojos amarillos se cierran al contacto placentero de su comida”.
A
su vez, en el relato “Sangra sobre la arena” también se puede
apreciar cómo el personaje principal es impulsado a través del placer a destruir
y despedazar. Al analizar la frase “Puedo
percibir el hálito vital que recorre sus venas y me embriaga” se puede ver
que; como lo vital hace referencia a la vida, a una persona con mucho ánimo y
optimismo, el personaje al advertir el aliento vital que transmitía la
felicidad del personaje secundario es impulsado casi inconscientemente por la
necesidad de adueñarse de él y acabar con su felicidad e incluso su vida. Sus
pensamientos fugitivos lo llevan a querer controlarlo, pero esta forma de
apoderamiento es nociva, “Me deslizo sin
pausa, imperceptiblemente para adueñarme de cada pensamiento fugitivo. Pienso a
través de sus propios hematíes y me expando como un cáncer por todo el
organismo. ”. Apropiación que
termina al despedazarlo y convertirlo en su alimento, “Dejo descansar mi mano sobre su torso y entierro mis uñas para
traspasar sus músculos y desgarrar un sabroso pedazo de carne fresca”.
El
personaje principal del cuento “Mi esencia sangrienta” también siente la
necesidad de apropiarse de un “otro”. Este apoderamiento se relaciona con el
hecho de que siente que todo individuo libre es un peligro, “Cualquier individuo con libertad es altamente peligroso, con actitudes
impredecibles y pensamientos incontrolables”, por lo cual necesita
destruirlo. Esta acción lo hace sentir poderoso, superior, lo nutre de
sabiduría y de plenitud vital. Su satisfacción se relaciona con la aplicación
de violencia sobre los demás, “Necesito
despedazar un cuerpo para saber que mi poder es superior a cualquier débil
humanidad…”. También se puede ver la
existencia de un “otro”, la oscuridad, que es la que se introduce en él y lo
lleva a obtener la satisfacción a través del despedazamiento y por lo tanto el
sufrimiento de los demás.
Esta
misma relación se puede encontrar en el cuento “Rutina inminente” debido a que
el personaje principal se sentía poderoso y superior al matar a los demás. El
tener el control sobre el cuerpo de alguien, el decidir su muerte, lo hacía
sentir fuerte, “Me quedé parado unos segundos
ante mi víctima. La contemplé desde arriba, como mira Dios y decidí su muerte”.
El consumir un individuo le hacía sentir un placer inagotable.
También
se puede ver cómo es impulsado por un “otro”, representado por un graznido.
Este “otro” se encontraba en su interior y, a pesar de su lucha para evadirlo,
termina guiando su accionar, “El graznido
volvió a emerger imperioso; cada grac en mi cabeza era una orden a cumplir y yo
ejecutaba”. Su accionar se ve
impulsado hacia una satisfacción que se
basa en el sufrir de los demás. Es así como este “otro” le muestra al personaje
principal, que se encontraba cansado de la rutina, algo nuevo. Le hace saborear
una nueva clase de excitación, de la cual se hace adicto. El personaje comienza
a disfrutar de torturar, lastimar, controlar y despedazar a su víctima, “Disfrutaba de la desesperación que podía oír
en su respiración, en su voz quebrada y disfrutaba porque estaba bajo mi
control”. Este control se basa en un
control mental, como el hacerla sentir que podría llegar a escapar, para luego al acercarse hacerla entrar en
desesperación, una y otra vez, “Pude
haberla agarrado de una; en cambio, me acerqué varias veces para que sintiera
la inminencia del ataque y la dejaba ir…”. También se basaba en poder hacer
cualquier cosa con su cuerpo, hasta tal punto de ponerle pedazos de vidrios en
sus ojos para poder admirar como la mataba.
En
el cuento “¿Con qué derecho?” se puede apreciar cómo el personaje principal es
llevado a realizar ciertos accionares por un “otro” interno que se representa en una enfermedad. “La evidencia de mi enfermedad la tuve la
primera vez que sentí la necesidad de tirarme a las vías ante la llegada del
tren”. Muestra la lucha, del personaje contra este “otro”, por tratar de
manejar su propio cuerpo. Esta enfermad busca que él se autodestruya. “Así, consciente de la existencia de este
suicida dentro de mí, comencé a estar pendiente de sus acciones y a tratar de
salvarle la vida cada vez”. Muestra como cada vez este otro se va
apoderando de él hasta llegar al punto de ya no saber si es el o este otro el
que maneja su accionar “Ahora me surge
una duda: ¿cuál de los dos tiene el dominio sobre mi mano derecha?”.
También
se puede ver cómo el personaje principal es manejado por un “otro” en el cuento
“Desde la cárcel”. Este “otro” para él representa una cárcel ya que lo mantiene
cautivo en un estado de sufrimiento y dolor propio. “Y siento que estoy a un paso de la destrucción…” “Sé que tengo que hacer algo, pero la
inmovilidad sigue activa y no puedo enfrentar la atracción que genera la muerte”,
se puede contemplar como este “otro” la impulsa a su propia destrucción
mediante la generación de atracción hacia la muerte. Muestra la lucha interna
del personaje por querer escapar de esta
cárcel pero a su vez la muerte le produce una atracción que lo mantiene inmóvil
en esta.
También
se puede advertir que a medida que este “otro” se va apropiando del personaje
este se va distanciando de la realidad. Se siente fría y vacía, es así como se
detalla que “La realidad se desvanece en
los supuestos cuadros colgados en la pared…”, la realidad está en los
cuadros, en los objetos y no en ella.
De
este mismo modo, en el cuento “Una mujer sobre el asfalto”, los objetos se van
personificando a medida que el personaje está siendo destruido. Todas las
acciones que los personajes realizan van quedando impregnadas en los objetos, “El olor a sexo expelido por ambos se había
concentrado en cada objeto de la habitación. Y ahora el amor había quedado
entre las sábanas.”
En
este cuento se puede ver claramente la unión entre erotismo y violencia. El
personaje principal estaba enamorado de una mujer, pero este encontraba la pasión
en el maltrato de la misma. “No existía
la tregua afectuosa, ni siquiera una mirada de deseo. Todo era ojos furiosos, dedos
impiadosos, golpeteos sexuales violentos”, encontraba goce en el maltrato
verbal, en el daño corporal, en los golpes, en la tortura, en el sufrimiento de
ella. De a poco esta forma de satisfacción sexual va exigiéndole cada vez
mayores grados de violencia, sin permitirle amar de otra manera que no sea
esta, “Era así, pero la amaba como nunca
había amado a nadie”.
Otra relación muy clara que se logra
contemplar es la unión de erotismo y destrucción, ya que como el personaje
encuentra la satisfacción sexual en el sufrimiento del otro, va perdiendo el
control de las situaciones hasta llegar a aniquilarla. Al no poder seguir
teniendo el control sobre ella, lo que le producía disfrute, fue impulsado de
manera desmedida a retenerla, lo que culmina en una muerte violenta. La
situación se desarrolló en violencia; tirones, zamarreos, empujones, y
finalmente destrucción, “Dio contra la
baranda, perdió el equilibrio y cayó. No se percató del golpe. Sólo escuchó el
crujido de sus propios huesos.”
En
el cuento “Orgasmo II” se puede apreciar precisamente la relación entre
erotismo y muerte, ya que el personaje principal atrae a sus víctimas a través
del placer; los tienta a sentir el mayor placer de sus vidas aunque eso
involucra su muerte. El goce máximo se encuentra en el pasaje de la vida a la
muerte, “Dicen que el momento de mayor
placer se produce en el instante antes de morir”.
Muestra
exactamente la mezcla entre erotismo, violencia, destrucción, sufrimiento,
y control sobre el otro que llevan a un
placer único, “Te prometo traerte a
Sergio. Colgado de una viga cabeza abajo con las venas abiertas, mientras
nosotros dos cogemos sin cesar, yo abajo recibiendo en la boca tu semen y la
boca que cae de sus muñecas”. Esta nueva forma de placer no puede exigir
sin el daño sobre un individuo o la muerte propia.
A
su vez, el cuento “En la noche”, se puede ver una relación entre “el otro”,
la satisfacción y el miedo. “Sentía
bombardear mi corazón a mil por hora dentro de mi pecho; por un lado, podía
percibir que era producto de un miedo aterrador y, por el otro, también de una
excitación sensual que invadía mi cuerpo”, el personaje principal siente la espera de un
“otro” que le produce miedo y, a su vez,
una clase de excitación. La intriga por no saber qué es ese algo diferente que
la espera acelera su respiración y los latidos de su corazón. Muestra como lo
diferente, por más que produzca temor y en el cuento se refleje de forma
diabólica, produce el deseo de ser contemplado por el protagonista; es la
sensación de miedo la que le produce excitación. Y este goce la lleva
incontrolablemente en busca de ese “otro”, “No
quiero mirar, pero mis ojos no pueden apartarse…”.
Esta misma relación puede
encontrarse al analizar el cuento “La casa de Samsa”. Debido a que el personaje
había sentido desde pequeño miedo por entrar en la habitación, incluso por ser
el escritorio de su abuelo, relacionaba el cuarto con la muerte; era un lugar
tenebroso y amenazante para él. Sin embargó decide entrar en el mismo, lo que marca la
curiosidad por el “otro”, lo desconocido.
A partir de este análisis se puede
concluir que estos cuentos terminan uniendo al terror con el erotismo, nos
muestra una clase de terror que parte de la imposición, sobre los personajes,
de un placer vinculado al sufrimiento que se vuelve incontrolable. Un terror
donde lo extraño, lo diferente, se vuelve algo irresistible.